domingo, 16 de marzo de 2008

Conrado Blanco González

Conrado Blanco González

“Llevo escribiendo desde los diez años”

-Aprovechando la reciente presentación de Conrado Blanco González de uno de sus últimos libros, una recopilación de trabajos de su padre, ‘La Bañeza Hoy’ se acercó hasta la casa de este hombre para interesarnos por su labor.
Conrado Blanco González es un hombre que ha dedicado toda su vida a escribir. Le gusta la poesía y el periodismo pero aparte de estas labores también se dedica, como Cronista Oficial de nuestra ciudad, a guardar y recopilar todos los datos e informaciones que sobre La Bañeza aparecen en los archivos históricos y en la prensa diaria.
La casa de Conrado Blanco, situada encima de la pastelería Conrado, -el negocio familiar de tres generaciones-, parece un museo. Paredes llenas de cuadros con fotos, diplomas, cientos de libros en múltiples estanterías y un completo archivo.
Conrado es un hombre sencillo, modesto que elogia mucho a su padre del que nos cuenta maravillas.

Marzo de 2000

Emilio García Ranz: – Son muchos años dedicados a escribir ¿cuantos?
Conrado Blanco González: –Llevo escribiendo desde los diez años. A los diez años, ya en el colegio escribía cosas, pero fue a partir de los 18 años cuando empiezo más en serio.
E.G.R.:– ¿Cómo te surge esta afición?
C.B.G.:– Bueno, ya mi padre la cultivaba y prácticamente te puedo decir que la heredé de él, aparte de que a mí siempre me gustó más las letras que las matemáticas. Me gustaba la historia, me gustaba la literatura, me gustaba la poesía.
E.G.R.:– ¿Desde cuando la afición por el periodismo y la investigación?
C.B.G.:– Primero colaboré en periódicos del colegio. En aquella época con José María Marcos, y después aquí en ‘El Adelanto’ hacíamos artículos, entrevistas. Unas veces publicaba más y otras veces publicaba menos porque te cansabas y lo dejabas, pero luego volvías otra vez al ataque.
Despues sobre lo de investigar ya seguí la afición de mi padre de ir archivando todo. Recogía todas las noticias que iban saliendo de aquí de La Bañeza y lo metíamos en unas carpetas. Ahí tengo unas carpetas de mi padre con todo lo que iba recogiendo –nos ex-plica Conrado a la vez que nos enseña las carpetas– porque él empezó a colaborar en un periódico que se llamaba ‘Adelanto’, que no tiene nada que ver con este, que salió en 1.910 y tuvo de vida hasta 1.914. Después por aquellos años es cuando saca ‘El Jaleo’. Yo por aquel entonces no había nacido, mi padre es-taba soltero. Y después sacó otros periódicos. A él le venía la afición y yo le ayudaba muchas veces, ya de mayor, a pasarlo a máquina, a hacer nuestros enmaquetados. –Conrado marcha y nos trae uno de aquellos originales hechos a mano–. Tenías entonces que hacer todo esto con las viejas máquinas de escribir, tecla a tecla para elaborar los marcos –nos dice mientras nos enseña unas hojas con unos poemas enmarcados en un marco artesanal hecho pulsando repetidamente una misma tecla.–
Con aquella máquina, de marca Remintong cometí un error –dice Conrado Blanco hablando de que se deshizo de ella al comprar una máquina nueva y venderla por quinientas pesetas.– Era una máquina muy bonita, era americana.
–Conrado continúa hablándonos de cómo comenzó en este mundo de las letras y del periodismo– Colaborabamos y mandábamos cosas a los periódicos –dice hablando de él y de su padre al que nunca olvida–. Y así empecé a escribir en ‘El Adelanto’, después en algunas revistas. Después con tiempo me dediqué mucho a la investigación. Me pasaba meses y meses en el Archivo Histórico Nacional. Tengo recogidos archivadores sobre La Bañeza. Pasa, si quieres te los enseño –nos dice mientras se pone de pie y nos lleva hasta una habitación don-de cientos de carpetas llenas de documentos recogen la historia de La Bañeza y sus gentes y de algunos de los pueblos de la comarca–
E.G.R.:–-¿Todo eso sobre La Bañeza? Le preguntamos absortos y maravillados de la gran labor realizada como investigador e historiador y ante la gran cantidad de documentos que hay recopilados sobre nuestra ciudad. ¿Tanto cariño por nuestra ciudad?
C.B.G.:– Sí, porque, ¿por qué otra ciudad vas a tener el cariño?
E.G.R.:– Es que es impresionante la dedicación que tiene usted hacia todo lo que sale de La Bañeza.
C.B.G.:– Sí, yo tengo ahí archivadores con documentos antiquísimos –nos dice mientras regresamos al salón. Por el pasillo nos encontramos decenas de cuadros con títulos, diplomas y menciones. Conrado se detiene ante algunas y nos ex
plica qué son.
C.B.G.:– Este es de cuando me hicieron Pastor Mayor de la Mesta por unas aportaciones que había hecho yo de trabajos y me entregaron esta cacha y este título hace dos o tres años –nos explica.–
Llegamos a otra habitación de esta casa que parece un museo y en cada cuarto nos encontramos con algo sorprendente.
C.B.G.:– Esta habitación la tengo preparada para lo del premio de poesía –comenta-. Según me van mandando voy ya seleccionando –dice sobre los poemas.
–La habitación posee ese encanto de lo tradicional. Parece que al entrar en ella hacemos un viaje hacia el pasado y nos encontramos con un gabinete de los de principios de siglo. Algo que nos llama la atención son las paredes, llenas de cuadros en los que hay enmarcados sobres de correos.
C.B.G.:– Aquí estoy enmarcando los sobres extranjeros –nos explica ha-blando de que al Premio Nacional de Poesía Conrado Blanco León, que este año va por su decimosegunda convocatoria llegan trabajos de todo el mundo–.
C.B.G.:– Este es un sobre de Alemania, –nos enseña Conrado Blanco– Méjico... Vienen muchos trabajos de América, el primero que recibí este año es de Argentina –dice– . Este de Francia –continúa enseñándonos los cuadros con los sobres en los que se pueden ver varios de Estados Unidos (Miami, New York), Cuba, y un sin fin de lugares. Nunca hubiésemos imaginado que a este premio de poesía de La Bañeza llegasen poemas de tan distantes lugares.
E.G.R.:– ¿Cómo surgió la idea de convocar el Premio Nacional de Poesía Conrado Blanco León?
C.B.G.:– Por una razón. Mi padre siempre tuvo la idea de hacer un premio de poesía y no lo llevamos a efecto. Y cuando él murió, al cabo de cierto tiempo dije “demonios, lo voy a hacer yo” y lo hice, y ya llevamos doce años convocándolo. [en el 2008 , años que se sube esto a internet, el Premio Nacional de Poesía Conrado Blanco León cumple ya los 20 años de convocatoria] Tenía mi padre esa idea y yo me imagino que desde el otro lado él dirá “gracias hombre por hacerlo” –nos dice Conrado emocionado recordando a esa persona que tanto ha querido, a su padre–.
Volvemos al archivo en el que podemos encontrar casi de todo. Conrado coge un archivador en sus manos y saca una carpeta sobre la Cofradía de Las Angustias y nos enseña algunos documentos.
C.B.G.:– Son muchos documentos, pero con calma y poco a poco los voy ordenando –dice–. Esto es una labor de chinos porque no puedes leertelo todo, aunque yo madrugo. A las diez me voy a la cama y a las seis estoy ya en pie. Hoy estoy levantado desde las cinco y media.
–Volvemos a la sala donde Conrado Blanco nos enseña algunas revistas antiguas de confitería en las que escribía su padre y le preguntamos por el negocio familiar, la pastelería de la calle General Franco.
E.G.R.:– ¿Son muchas generaciones de confiteros?
C.B.G.:– Sí. El primero que llega aquí es mi abuelo en el año 1.878 y pone una pastelería en La Bañeza. Tenía confitería en Astorga. Mi abuelo Hermógenes tenía afición a esto –nos explica refiriéndose al periodismo-. Mi abuelo ya ha-cía su revistilla con motivo de las navidades.–Conrado nos empieza a recitar- “¿A dónde vas amigo Polanco? A casa de Hermógenes Blanco, el confitero astorgano...” Tengo yo aquí muchas cosas. Mira –nos enseña un cuadro con una medalla–. Esa medalla se la dieron a él en 1.888 por los chocolates y mantecadas. Conrado Blanco nos habla de su abuelo y de sus viajes como confitero a las Exposiciones de Barcelona, Paris...
A mi padre, de pequeño, le hubiera gustado hacer periodismo. Pero como decía él pudieron más los dulces, porque había que sacar la casa adelante –explica ha-blando que se tuvieron que dedicar primero al negocio familiar y luego a las aficiones literarias–.
E.G.R.: – ¿Cuando le nombran a usted Cronista Oficial de La Bañeza?
C.B.G.:– Lo propone el Ayuntamiento en 1.977.
E.G.R.:– ¿En qué consiste la labor del Cronista?
C.B.G.:– El cronista no tiene monumento ninguno, es un cargo honorífico. La labor del cronista está en recoger todas las noticias y artículos en los que aparece la ciudad. Es, vamos a decir, ‘el notario de la historia del pueblo en donde está’. También se encarga de representar el pueblo en congresos y en los actos que haya y en asesorar en muchas ocasiones si el Ayuntamiento te pide asesoramiento. Lo que pasa que en muchas ocasiones no te piden nada.
E.G.R.:– Acaba de publicar el libro ‘Melindres poéticos y literarios’ una recopilación de trabajos de su padre, pero ¿tiene en proyecto editar algún libro suyo?
C.B.G.:– Ahora me tiene en prensa ediciones del Curueño un libro de ‘la saga ‘Capiteles para la historia bañezana’ . El libro va dividido en dos partes. La primera mitad son capiteles y la segunda mitad es un sólo capitel, que es una relación de una viaje: el primero que hace ‘Monte Urba’ a Santigo de Compostela. Yo fuí en esa ocasión e hice una relación a modo de diario de viajero. La ha prologado Arturo Cabo y saldrá dentro de quince días. Quería sacar-lo Javier1 para el Día del Libro. Y tengo otro que sacaré dentro de dos meses con el título “Conradosías”. En vez de poner ‘poesías de Conrado’ me pareció más original llamarlo “Conradosías”.
E.G.R.:– ¿Qué es lo que más le gusta su labor de historiador, la de periodista, la de poeta?
C.B.G.:– Lo que más me gusta es publicar las cosas, aunque muchos de los trabajos han sido completamente ignorados porque ahora la gente va a los archivos y no necesita de tus libros o trabajos para conocer un dato.
E.G.R.:– Cuéntenos algo más acerca de su labor de historiador.
C.B.G.:– Pues he recorrido casi todos los archivos de Madrid, y en casi todos ellos hay cosas de La Bañeza, y cuando digo La Bañeza me refiero a La Bañeza y a su comarca. He ido a cantidad de congresos y he estado en casi todas las provincias de España hablando de La Bañeza. Como historiador estoy siempre dispuesto a facilitar datos a quien me los solicite.
–Estamos nuevamente en el archivo de Conrado Blanco en el que nos enseña algunos de estos legajos sobre los pueblos. Hay carpetas sobre Alija del Infantado, Castrocontrigo, Castrocalbón. De un sin fin de pueblos. Conrado también tiene archivadores referidos a personas destacadas en cualquiera de las artes. Nos interesamos por el músico Manuel Fernández Núñez y Conrado de gira y nos señala tres tomos.
C.B.G.:– Manuel Fernández Núñez, a ver, Manuel Fernández Núñez. Mira. Uno, dos y tres. Hay tres tomos. Hay mucho sobre él. Es que él escribía mucho –
nos dice Conrado–. Era un genio de La Bañeza –elogia al compositor-
E.G.R.:– Hay mucha gen-te interesada en la obra de su padre ¿sacará a la luz más trabajos de él?
C.B.G.:– Mira, tengo en proyecto uno de recetas de mi abuelo –nos explica en-señándonos un libro antiquísimo de repostería con recetas de su abuelo Hermógenes del que pretende publicar el original y una traducción de cada página del mismo.– Y sobre mi padre voy a hacer una recopilación de ‘El Jaleo’, de artículos de él exclusivamente. Me hace mucha ilusión.
E.G.R.:– Eso es una de las cosas que le iba a preguntar, y es que lo dice mucha gente, que le admira porque parece que su labor queda siempre un poco a la sombra puesto que usted destaca sobre todo la labor de su padre.
C.B.G.:– Es que yo le debo todo a mi padre. A él le debo la vida y el poder vivir bien. Mis padres trabajaron como negros, se sacrificaron mucho, y como buen hijo se lo he agradecido y se lo sigo agradeciendo.
E.G.R.:– Háblenos de sus proyectos de futuro.
C.B.G.:– Bueno, después, detrás de este “Capiteles” igual saco un Capiteles tres o cuatro. Y es que ahí tengo materia –dice refiriéndose al archivo– para sacar de cada pueblo un libro, porque son muchos años recogiendo información. Aquí tengo cantidad de libretas y cuadernos –nos enseña varios blocks –
Y a veces te paras y dices ‘ a ver qué saco ahora’. Y es que es mucho trabajo pero esto hay que sacarlo a la luz, hay que publicarlo, sino toda esta labor no habrá servido para nada.
–Terminamos la visita a la casa de Conrado Blanco observando algunas fotografías. En ellas está Conrado Blanco con gente importante y famosa en todos los sitios de España.–
C.B.G.:– Este es Luis Alonso Luengo. Este es un poeta muy famoso de Jaén, estamos ahí en un acto. Este es Odón, el músico. Este es un torero ya jubilado. Este es un homenaje que le hicimos en Madrid a Odón. Y este ¿no conoces a este? es un locutor de la radio. Y ésta es presentando un libro en la Casa de León en Madrid. Este es –nos enseña otra foto – el Padre Albano.
E.G.R.:– Tienes la historia de La Bañeza en tu casa.
C.B.G.:– Sí. Para mí es una satisfacción el gastar el tiempo haciendo estas cosas, y como no fumo en vez de gastar el dinero en tabaco lo invierto en esto.
E.G.R.:– Son muchísimas cosas las que usted hace. Historiador, escritor, periodista, poeta. Encima luego lo del concurso.
C.B.G.:– Sí -responde rápidamente Conrado– lo del Concurso me lleva mucho tiempo. Ahora vienen pocos, pero dentro de ocho o diez días... La vez que más mandaron 1.550 poemas. El otro año 830. Unos montones –dice indicando cuantos con la mano–. Y voy coleccionando los sobres porque algunos son sobres bonitos y otros son sobres curiosos. En uno sólo pone ‘Conrado Blanco González. Cronista de Jaén’ y ha llegado.

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