jueves, 28 de julio de 2011

Poema ganador del 23 Premio Nacional de Poesía Conrado Blanco León. autor: José Antonio Montecino Prada

Viajeros


Todo deseo guarda

esa extraña emoción de los viajes

el insomnio, el letargo, el anticipo de lo que serán

andenes donde el atardecer parecerá una puerta

abierta a todos los abrazos o a ninguno.


Lejos del corazón sediento de los nómadas

gravita únicamente la hojarasca

estéril del recuerdo, la cálida impostura

del hambre amontonada

sobre la rota luz de los espejos

Y en esa encrucijada su voz late sin prisa,

y duerme, como el sabor del vino más antiguo,

una siesta de fechas detenidas

en la taberna inhóspita del tiempo.


De aquí al amanecer todo es distancia

Cada segundo esquivo es un partir sin rumbo

hacia un lugar en el que nunca he estado,

una estación vacía en la que aún es posible

empezar a amar desde el principio

Amar buscando el norte en el paisaje

de las madrugadas, mientras los ojos sueñan

con postales no escritas y nombres

de mujer tatados en la espalda

con la caligrafía inquieta del deseo.


Por las manos respira el corazón desnudo,

como un perro que espera tras la puerta

el eco que precede a nuestros pasos.


Ida o regreso ¡Quién lo sabe!

si apenas somos cuerpos, hechos de sueño y

hambre, tiritando en el pecho un pájaro perdido


Si nos dejan el fuego, quemaremos los trenes

rojos de la sangre cuando nada nos mire.

La verdad, en penumbra, es un beso perdido

en horas estrechas del invierno,

una luz inquilina que tiembla de impaciencia,

tratando de alcanzar a nuestro lado

la frontera que separa los labios del silencio.


Sabedlo. De aquí al amanecer todo es distancia,

y nosotros extraños viajeros de otra piel,

capaces de inventarle atajos a la noche

sobre el balasto azul de la memoria.



José Antonio Montecino Prada

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