La zarzuela vuelve al teatro municipal‏

José Cruz Cabo
El jueves pudimos deleitarnos, después de muchos años sin ella, con la zarzuela, que estuvo a cargo de la última compañía que había trabajado en el teatro antes de cerrarse, la catalana de JoséMaría Damunt, donde aún sigue su hija, Angeles Damut, como soprano de la misma. Esta compañía vino por vez primera a nuestra ciudad siendo Nuri Pérez Ogando concejala de cultura, dado que entonces estaba de violín solista el bañezano Chela en esta compañía catalana. Estuvo varios años viniendo hasta que el teatro se cerró y en las primeras fiestas en que se ha abierto, ha vuelto a nuestra ciudad esta magnífica compañía, que el jueves debutó con una zarzuela de ambiente madrileño, “La del manojo de Rosas”, de Sorozábal. Una música pegadiza, alegre, con textos de Francisco Ramos y Anselmo Carreño. Tanto la orquesta, llevada con mano de seda por José María Damunt, así como el elenco de actores y de cantantes, consiguieron culminar una representación perfecta, acabada. Pues junto a la soprano, Angeles Damunt, el barítono, Cristóbal Viñas, el tenor, José Antonio Moreno, la tiple cómica, Elena Martí o el tenor cómico, David Sentinella, estuvieron perfectos en sus papeles y en su impecable voz, no hubo un fallo en toda la obra, ni de cantantes ni de orquesta. Gerardo Mere, actor cómico, Marceli Marca, Isabel Arbones y José Borras, en sus papeles de actor, estuvieron perfectos y seguros. Fue una actuación digna de los grandes teatros españoles y en todo momento se vió que cada cantante o actor en sus papeles, supieron estar a la altura de lo que se les pedía. “La del Manojo de Rosas”, es una obra alegre, con sus desencuentros amorosos, pero siempre, llenos de simpatía y con unas arias impresionantes de los cantantes, así como los dúos. En fin, después de tantos años, nos emocionó volver a saludar a José María Damunt y expresarle en nombre de los bañezanos, la satisfacción y la alegría que sentimos, de que nos vuelva a asombrar con su gran conocimiento de la zarzuela española. Los aplausos más cerrados, también, para su pequeña pero formidable orquesta. El teatro volvió a llenarse a pesar de los veinticinco euros butaca de patio y palcos.