José Cruz Cabo
Como siempre que viene un ballet ruso, la espectación de las fiestas sube a tope, dado que siempre ofrecen un gran espectáculo, por lo que las cerca de dos mil sillas que se pusieron en la Avenida Vía de la Plata, quedaron muy pequeñas para la cantidad de gente que quiso ver este espectáculo, que siempre emociona y apabulla a la gente que lo ve actuar, dada su gran calidad técnica, su sorpendente preparación física, elegancia en los bailes o en la música, su espectacular atuendo de las distintas zonas rusas de fiesta, y la majestuosidad y empaque de sus bailes, que hacen que la vista se recree en un espectáculo extraordinario, lleno de todas las virtudes que el baile y la música pueden hacer gozar a las personas. El duo de Balalaika y arcodeón, nos brindaron unas composiciones musicales del cancionero ruso, que nos dejaban asombrados por su perfección y seguridad. El profesor que tocaba la balalaika, lo hacía con una rapidez y una perfección y seguridad, que me dejó pasmado de asombro.
No cabe duda que los ballets provenientes de Rusia, siempre tienen algo que, quizá por no conocerlo, nos llama poderosamente la atención, pero que siempre tienen una calidad sorprendente por su perfección en el baile y en la música. Este ballet y la zarzuela, han sido para mí, lo mejor de unas fiestas, que a pesar del fresco, hasta casi frío, hace que des por bien empleado todos los sacrificios que tengas que hacer por contemplarlos y extasiarte con ellos.
Como siempre que viene un ballet ruso, la espectación de las fiestas sube a tope, dado que siempre ofrecen un gran espectáculo, por lo que las cerca de dos mil sillas que se pusieron en la Avenida Vía de la Plata, quedaron muy pequeñas para la cantidad de gente que quiso ver este espectáculo, que siempre emociona y apabulla a la gente que lo ve actuar, dada su gran calidad técnica, su sorpendente preparación física, elegancia en los bailes o en la música, su espectacular atuendo de las distintas zonas rusas de fiesta, y la majestuosidad y empaque de sus bailes, que hacen que la vista se recree en un espectáculo extraordinario, lleno de todas las virtudes que el baile y la música pueden hacer gozar a las personas. El duo de Balalaika y arcodeón, nos brindaron unas composiciones musicales del cancionero ruso, que nos dejaban asombrados por su perfección y seguridad. El profesor que tocaba la balalaika, lo hacía con una rapidez y una perfección y seguridad, que me dejó pasmado de asombro.
No cabe duda que los ballets provenientes de Rusia, siempre tienen algo que, quizá por no conocerlo, nos llama poderosamente la atención, pero que siempre tienen una calidad sorprendente por su perfección en el baile y en la música. Este ballet y la zarzuela, han sido para mí, lo mejor de unas fiestas, que a pesar del fresco, hasta casi frío, hace que des por bien empleado todos los sacrificios que tengas que hacer por contemplarlos y extasiarte con ellos.
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