José Cruz Cabo.-El pasado domingo, las Misioneras Apostólicas de la Caridad, presentaron en la Biblioteca Municipal, con el salón lleno de gente. Fueron los encargados de presentar este libro, que son reflexiones de Don Angel Riesco Carbajo, la directora General de las Misioneras, Mercedes Moratinos, el arquitecto, escritor y poeta, Luis Pedro Carnicero y por la editora del volumen, Monte Riego, Rafael Cabo. La obra está dividida en dos partes, por una parte recoge las meditaciones del Doctor Riesco y por otro lado diferentes pláticas que pronunció para algunos fieles. Mercedes explicó que recoge material desconocido de Don Angel, incluso por las propias misioneras. Se encontraba en el archivo general, pero no se conocían en su totalidad. Moratinos explicó que el libro se ha editado pensando en las misioneras y en otras personas a las que puede hacer mucho bien. El proceso de beatificación está avanzado y se espera que pronto sea declarado venerable. En la actualidad se está elaborando el documento que estudiarán los cardenales miembros de la Congregación para la Causa de los Santos. También señaló que si bien en nuestra ciudad se recordaba mucho aún la figura de Don Angel, por su trabajo por la Bañeza, y sus visitas a los enfermos, así como la catequesis para los niños, son pocos los que recuerdan y conocen su espiritualidad, En total se han impreso quinientos ejemplares de este volumen, que además está prorrogado por el Obispo de Orihuela-Alicante, Rafael Palmero, que conoció mucho a don Angel mientras fue seminarista en Astorga, cuando Don Angel era Vicario General de la Diócesis.
Luis Pedro Carnicero, con esa brillante y poética oratoria que posee, fue desgranado muchos de los aspectos, tanto del libro como de los últimos años de la vida de Don Angel, dado quer fue vecino suyo en sus años de niño, y conoce profundamente su obra, por lo que destacó varias facetas de la vida del Doctor Riesco, como la evolución cuando fue seminarista, de que siempre tuvo una caligrafías exquisita y cuidada, de eso puedo yo dar fe, pues nunca, de los muchos escritos que nos envió a Gráficas Rafael, como a Gráficas Nino, nunca tuvimos que preguntarle nada, porque su letra era clarísima y no podíamos dudar nada de lo que estuviera escrito por él. Esta caligrafía también se reproduce en este libro, donde habla en las meditaciones transcritas en la segunda parte del mismo. En cualquier caso, Luis Pedro, hace fuerza en la mística del joven y en la oratoria del sacerdote, donde se encuentra un regusto especial por la belleza literaria y humana, La mística de Angel Riesco se caracteriza por la búsqueda de la Belleza de Dios, que es definitiva en la religión católica. Don Angel no es un hombre de cultura externa es su interior el que respira cultura y religiosidad. Es un cristiano que entiende que la verdad y la sabiduría solo se encuentran en la fe.. Es su vida interior y la contemplación de los misterios de la fe la que hace que Angel Riesco no solo resalte los pasajes del Evangelio, sino que aporte además, descripciones de una gran belleza literaria, surgida de su gran meditación, y de su profunda piedad y oración. También destacó que la formación sacerdotal de Don Angel era una formación totalmente ignaciana, que refleja en la estructura de sus manuscritos, en la primera parte del libro.
Por su parte, Rafael Cabo destacó que se había cuidado muy mucho la edición, dado que los textos del mismo eran muy importante dentro de la espiritualidad, no solo de Don Angel, sino también para aprender a acercarse a la oración y el sacrificio y todo ello realizado con alegría, aún en medio de las más grandes tribulaciones. Recordó alguna anécdota de sus visitas a la casa de Don Angel cuando era niño e iba a su casa porque siempre salía con caramelos.
Luis Pedro Carnicero, con esa brillante y poética oratoria que posee, fue desgranado muchos de los aspectos, tanto del libro como de los últimos años de la vida de Don Angel, dado quer fue vecino suyo en sus años de niño, y conoce profundamente su obra, por lo que destacó varias facetas de la vida del Doctor Riesco, como la evolución cuando fue seminarista, de que siempre tuvo una caligrafías exquisita y cuidada, de eso puedo yo dar fe, pues nunca, de los muchos escritos que nos envió a Gráficas Rafael, como a Gráficas Nino, nunca tuvimos que preguntarle nada, porque su letra era clarísima y no podíamos dudar nada de lo que estuviera escrito por él. Esta caligrafía también se reproduce en este libro, donde habla en las meditaciones transcritas en la segunda parte del mismo. En cualquier caso, Luis Pedro, hace fuerza en la mística del joven y en la oratoria del sacerdote, donde se encuentra un regusto especial por la belleza literaria y humana, La mística de Angel Riesco se caracteriza por la búsqueda de la Belleza de Dios, que es definitiva en la religión católica. Don Angel no es un hombre de cultura externa es su interior el que respira cultura y religiosidad. Es un cristiano que entiende que la verdad y la sabiduría solo se encuentran en la fe.. Es su vida interior y la contemplación de los misterios de la fe la que hace que Angel Riesco no solo resalte los pasajes del Evangelio, sino que aporte además, descripciones de una gran belleza literaria, surgida de su gran meditación, y de su profunda piedad y oración. También destacó que la formación sacerdotal de Don Angel era una formación totalmente ignaciana, que refleja en la estructura de sus manuscritos, en la primera parte del libro.
Por su parte, Rafael Cabo destacó que se había cuidado muy mucho la edición, dado que los textos del mismo eran muy importante dentro de la espiritualidad, no solo de Don Angel, sino también para aprender a acercarse a la oración y el sacrificio y todo ello realizado con alegría, aún en medio de las más grandes tribulaciones. Recordó alguna anécdota de sus visitas a la casa de Don Angel cuando era niño e iba a su casa porque siempre salía con caramelos.
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