jueves, 7 de mayo de 2009

Un hombre enamorado de la juventud bañezana


José Cruz Cabo.- Rafael Cabo Valenciano, fue una de las personas que más hizo por la Juventud de nuestra ciudad, en 1935, cuando se fundó la Acción Católica en La Bañeza, fue nombrado por Don Angel Riesco, coadjutor de la parroquia de El Salvador y creador aquí de la Acción Católica, presidente de la juventud. Al estallar la guerra civil, fue movilizada su quinta y estuvo hasta el año cuarenta y uno en el ejército. Al volver a su ciudad, volvió a ocupar el cargo de Presidente de la rama juvenil masculina de Acción Católica y bajo la dirección de D. Angel y con la ayuda de Vicente Boisán, que fue también director de los Cursillos prematrimoniales, Ramón Alonso, José Delgado, Antonio Alvarez y Enrique Alonso, en los veranos, organizaban círculos de estudio, catequesis, escuelas nocturnas para obreros, durante los inviernos, donde estuvo unos cuantos años de profesor, junto con Alberto Gutiérrez Moreno, entonces juez del juzgado de primera instancia, retiros, ejercicios espirituales y a partir de 1946, que montó su imprenta y librería en la Plaza Mayor, animando a la juventud a leer, pues eso era muy bueno para la formación, tanto espiritual como personal de los jóvenes. Cuando comenzó su andadura comercial en la imprenta y librería, que había cogido el traspaso de la Imprenta de Dª Julita, y la cambió para el número tres de la Plaza Mayor, la edificada con un pasadizo, que es donde estuvo esta imprenta-librería, primero y librería y relojería después, comenzó a dar los libros a plazos. Inició la Feria del Libro el día 23 de abril y tanto él, como la librería zapatería Alonso y la librería Marcos Lefler, comenzaron a sacar los libros a la calle y los puestos se ponían en el baldosado de la Plaza Mayor. Ese día se hacía el 10% de descuento. Su lema con los jóvenes, o con los no tan jóvenes, que querían solazarse y aprender con los libros, les decía “Tú llevate el libro y me lo vas pagando a plazos, a medida que vayas pudiendo”. Y la lista de deudores fue muy larga
Su labor en Acción Católica se centraba en los círculos de estudio en invierno y, en el verano, había que realizar excursiones por los pueblos cercanos o simplemente ir andando hasta el Monte Iglesias, para pasar el día allí. Precisamente en el año 1946, en el verano, con el beneplácito de Don Angel se realizaron unos ejercicios espirituales en campamento, en dicha finca del Monte Iglesias, donde estuvieron unos cincuenta jóvenes bañezanos durante 8 días sin bajar a la ciudad, y Rafael fue el director de los mismos.
En la Escuela Nocturna que los primeros tres años estuvo en la Casa Parroquial, hasta el año 1948 que vino de párroco para La Bañeza D. Francisco Viloria, de gratísima memoria para los necesitados de la ciudad, por lo que hubo que cambiar las clases para el Hospital de la Vera Cruz. Rafael Cabo consiguió sacar del analfabetismo a unos cuantos chavales y a otros, junto con D. Alberto, se les daban clases más especializadas, para que pudieran ganar las oposiciones a las que querían presentarse para conseguir ganarse la vida con dignidad y eficacia. Fueron varios cientos de jovenes bañezanos los que consiguieron puestos en la guardia Civil, en la Policía Nacional, en la administración del Estado, etc. con lo que consigieron mejorar su vida gracias a estas clases que duraron hasta el año 1958.
Con los años Rafael Cabo Valenciano pasó a presidente de los Hombres, aunque él murió soltero, y siguió desarrollando su trabajo entre los hombres de Acción Católica, pero ayudando a los jóvenes que se lo pedían. Dos veces estuvo gravemente enfermo y las dos consiguió salir, ya que durante la guerra, que le tocaron frentes muy fríos, como el de Teruel o los Pirineos, cogió una infección renal que le tuvo dos veces a la muerte, pero que pudo salir de estos difíciles trances. La cosa fue tan grave, que en la sacristía de Santa María se llegaron a organizar sus funerales y el entierro, pero gracias a Dios, salió de los dos gravísimos trances. De 1960 a 1966, fue concejal del ayuntamiento, con Benigno Isla García, de alcalde. Benigno lo nombró primer teniente de alcalde, cuando el puesto era totalmente gratuito y no se cobraba nada. Hasta los viajes que tuvo que hacer para el municipio, los pagaba de su bolsillo. Salió a principios de 1967 siendo ya alcalde, Fidel Sarmiento Fidalgo y después de haberse celebrado las primeras elecciones municipales. Había tres tercios para la votación. El tercio de cabezas de familia, que solo podían votar los cabezas de familia. El tercio sindical, que votaban los compromisarios sindicales, unas 35 personas, y el tercio de entidades, que votaban los concejales nuevos y los que quedaban de antes. En las dos últimas elecciones, generalmente salían los que el alcalde quería, pero la de cabezas de familia era más difícil manipularla y salían los que más votos obtenían, solo dos concejales por cada tercio, ya que salían de la corporación solo la mitad de los concejales, los que más tiempo llevaban, aunque en algún caso volvieron a salir alguno de los que tenían que cesar.
Fue el verdadero artífice de que El Adelanto volviera a salir y desde octubre de 1948, hasta su muerte repentina en mayo de 1968, actuó muchas veces de subdirector y fue el verdadero motor del semanario.

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